No hay entre la ausencia un solo átomo de emoción


¿Qué podría decir? nada de esto me ha convencido y sin embargo ahí estoy ¿acaso es necesario convencer a alguien? es que no es mi cabeza;  puede que sea mi hígado quien tenga la culpa, pues a él si lo pudiste convencer: me pide cosas obscenas, blandas, manipula mi cerebro pero a él sólo le importa la ausencia... algunos tienen palabras para esto, hay al menos una que le da a ese conflicto un nombre.
No hay nada por olvidar, todo se queda guardado aquí arriba.
Hay largos hasta luego, los mejores son los buenos días una tarde de domingo... una vez comience a hablar verás por qué me callo y sólo te escucho, luego sonrío y me río, ya los átomos fisionaron aunque siguen eternos de energía, no es necesario decirles que no.
Tenía una flor en el bolsillo, es que a mi también me gustan las flores.
Hay un color café que parece ceniza con pintas rojas en unos ojos, cuántos ojos.
¿Qué vendrá después? ¿Pura nada? es de lo que mas hay... siempre. Intervalos de vacío enormes para encontrar partículas de esos elementos que dan la ilusión de no ausencia.

Niña Zombie.



La plaza de mercado llena de granos, el cielo esta medio oscuro y afuera hay mucha maleza.

El medico hace rato se quedo dormido, alrededor esta lleno de niños zombis, los ojos opacados por el virus, como a un color grisáceo, gruñen y arrastran sus pies, hay algunas tiendas abiertas no puedo explicarlo, será que no han notado que estos niños están enfermos de algo violento, nadie se preocupa, tal vez por que son muy lentos.

Me doy cuenta que me están empezando a rodear en su lentitud y me hecho a correr, están por todos lados y solo me ven a mi, pues ahí... sin mucho echarle cabeza en un pique salgo, me enredo con una papa y casi que me voy al piso pero doblo la esquina que da un pasillo de tiendas de legumbres, abarrote y cigarrillos a cada lado, hay una escalera en la mitad del pasillo a la cual me monto tratando de ahorrar camino trepándome por la baranda un atajito, una niña me alcanza y empieza a tirar de mi zapato, casi me lo arranca pero alcanzó a dar un impulso con los brazos que suben mi cuerpo y zuum! cierro los ojos en un parpadeo tal vez para concentrarme abro los ojos de nuevo y en mi ultimo esfuerzo me percato que me estoy trepando realmente en la cama, Henry me mira como si hubiera descubierto algo con los ojos muy abiertos y la pupila dilatada desde encima de la cama, dice: Te esta cogiendo fuerte ese viaje parcé! hace rato te estas bregando a subir a la cama.